Las lágrimas de Isabel brotaban libres cada que Roberto le contaba su historia. No era un relato trágico, tampoco dramático y mucho menos de terror; era simplemente la narración de la impotencia de un hombre sensible ante el llanto de una mujer.
martes, 30 de agosto de 2011
sábado, 6 de agosto de 2011
La vuelta
Carlos era un sicario de barrio decidio a todo, menos a amar, porque una mujer con la que se cruzó en su vida paralela de taxista le rompió el corazón. El día que recibió el encargo de matarla a ella, no pudo hacer la vuelta, porque como él mismo lo confesó ante el juez: para matar se necesita tener la sangre fría.
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