jueves, 27 de septiembre de 2012

Dolor profundo

La vieja lesión de la columna volvió a molestarlo. El dolor esta vez se hizo insoportable. Era miércoles y el día estaba nublado. Quiso salir a la tienda a comprar algo para el desayuno, pero fue imposible. En una noche de desvelo total, tanto su cuerpo como su vida habían perdido la poca estabilidad que les quedaba. Decidió esperar unas horas para levantarse... El dolor de la columna se calmó en la tarde. El del alma lo está matando lentamente. 

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