lunes, 23 de septiembre de 2019

El expreso en el café

Alejandra cerró el cuaderno y lo guardó en su bolso, al lado del periódico y de los informes que había dejado pendientes para entregarle a su jefe a la mañana siguiente. Sabía que iba a ser una noche larga, revisando y corrigiendo los números de la empresa. Sintió que sudaba más de lo normal y que el tiempo se le acababa. Pidió otro café expreso. Encogió los hombros como dándole una explicación a alguien que estuviera sentado al frente de ella. Recordó la última tarde que había estado con Juan en ese mismo café. Se estremeció un poco. Estaba sola, tenía clase a las 6:00 y solo le quedaban cinco minutos. Decidió no entrar. También resolvió dejar las cuentas de la empresa como estaban. Se la pasó toda la noche en la misma mesa dando explicaciones con los hombros y tomando café.  

miércoles, 18 de septiembre de 2019

El celular y la botella

Felipe se dio una ducha, puso una botella de ron en la mesita de noche, se metió entre las cobijas, cogió el celular y marcó el número telefónico de Antonia. Contestó su hermana, Carolina. Le dijo que Antonia había salido temprano, que había dejado el celular y que no sabía a dónde fue ni a qué hora regresaba. Felipe le rogó que cuando volviera, le dijera que lo llamara, a cualquier hora. 

Se llenó la boca de ron, lo retuvo unos segundos y se lo tragó lentamente. Mientras el licor bajaba por su garganta, pensó en Antonia, en la discusión que tuvieron el viernes en la tarde, en los seis meses  que llevaban en problemas, en el disgusto que se le notaba a la familia de ella, en la mirada de ella, en los comentarios en la oficina. Cuando terminó de tragar toda la botella se quedó dormido. Lo despertó el sonido del teléfono. Sabía que era ella. Lo dejó sonar. Sabía que necesitaba otro trago para despertarse, pero la botella estaba vacía. 

sábado, 7 de septiembre de 2019

El mensaje en el Whats App

El 15 de septiembre Fernando tomó su auto, empacó cuatro tarros de hidratante, un sombrero aguadeño y una canasta de cervezas. Se fue hasta el eje cafetero. En Montenegro encontró una finca - hotel cerca de todo y lejos de Carolina. Llegó a las cuatro de la tarde y antes de la media noche ya se había emborrachado dos veces. Todos los días empezaba en el Bar Ibiza. Pedía un ron, luego un aguardiente y después media botella. la rutina se repitió durante dos semanas. Cuando llegaba a su habitación, todo le daba vueltas. No podía  ponerse de pie. Cuando lo hacía, se iba al balcón, miraba las estrellas y trataba de recordar dónde estaba y la razón por la que estaba allí. 

El domingo de la tercera semana desayunó fruta fresca, se metió a la piscina y leyó el periódico que todos los días le dejaban a los huéspedes. Cuando miró la fecha, descubrió que era  6 de octubre. Sintió un extraño remordimiento. Esa noche saliendo de Ibiza prendió el celular que tuvo apagado desde que llegó a Montenegro. Se metió a Whats App y en el listado de contactos buscó a Caro Bella. Con voz arrastrada grabó un mensaje: "espero que haya sido un día maravilloso. Les deseo lo mejor a los dos". Seis meses después, el carro de Fernando fue visto en un callejón de Villavicencio. Adentro solo encontraron un teléfono celular que no tenía sim card.  

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Charla de trasnocho

A la tarde la cogió la noche. Por poco llega la madrugada. Hablaron casi ocho horas seguidas. Repasaron temas diversos: política, fútbol, asuntos laborales, remedios para la gastritis, los candidatos a la alcaldía, la película que vieron juntos, los efectos de tomar tanto ron, la religión, los dolores de espalda, el precio del dólar, las crispetas saladas, el ramo de flores por el que discutieron la primera vez, el miedo a las cucarachas, la pena capital, las hamburguesas con carne de cerdo, el proceso de paz, los trancones de las horas pico, los beneficios de la guanábana; hablaron de cualquier cosa. Conversaron de todo, excepto de las razones por las que ella seguía odiándolo. Los dos evadieron el tema, como si no existiera. Eran las 3:00 a.m. cuando se despidieron. Ya han pasado casi tres años, y en octubre nuevamente hay elecciones. Tal vez, ella lo llame para retomar el tema.