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sábado, 9 de marzo de 2013

El el centro comercial


Siempre que iba, perdía una tarde entera mirando vitrinas, hablando con señores de la tercera edad que se quejaban de la vida, preguntando precios y tallas de prendas de vestir que nunca compró y sentándose en los muebles de cuero que había en algunos de sus pasillos. Era un ritual al que nunca faltaba. 

Los sábados y los domingos de todas las semanas, todos los meses y todos los años los pasaba allí. En semana, trabajaba todo el día en una oficina del estado y en las noches veía la televisión en la soledad de su casa.

Así vivió hasta jubilarse y darse cuenta de que ya solo iba a su centro comercial a quejarse de la vida. Desde entonces, hay un ejecutivo que lo extraña los fines de semana en los muebles de cuero del pasillo.

martes, 17 de julio de 2012

Sin rumbo alguno

Federico salía a trotar todas las mañanas. No tenía ruta definida. Recorría cualquier calle, carrera o autopista hasta sentir el cansancio. Cuando estaba exhausto, simplemente detenía su paso, tomaba un taxi y regresaba a su casa para bañarse y salir rumbo a su trabajo. Así lo hizo durante los 26 años que estuvo vinculado a su empresa como auxiliar de contabilidad. El viernes fue su último día en la oficina, pues la carta de jubilación le llegó hace un mes. Ayer lunes intentó salir a trotar; pero esta vez no supo qué camino coger.

martes, 3 de mayo de 2011

Soledad

Enrique era ingeniero civil, tenía una especialización en puentes, vivía con su familia, tenía un trabajo estable, una casa grande, un carro y una soledad terrible. Su vida con Andrea y con sus tres hijos había caído en una monotonía absoluta.  Su vida se iba entre los trabajos de planeación en una firma contratista, los sobornos a los mandatarios de turno para ganarse las licitaciones y el acto sexual cotidiano con su esposa. Una noche, cuando salía de su oficina, conoció a Vanessa, una secretaria que trabajaba en una oficina del quinto piso. Desde entonces, su rutina cambió. Ya no soborna, no planea y no hace el acto sexual con Andrea sino con Vanessa. En el fondo, Enrique se siente igual de solo, porque sabe que su nueva vida  también es rutinaria.