La última vez que le vieron por el barrio fue un viernes de agosto. Lucía una barba en desorden y un cabello que empezaba a crecer. Había perdido peso y su desaliño era evidente. Estaba irreconocible, pero también, desconocido. No saludó a don Miguel en la tienda ni miró para la casa de doña Carmen, donde siempre estaba Lucía tentándolo en el balcón. Cuando se cruzó con los muchachos del parche desvió la mirada. Hacía apenas dos meses que había anunciado en su casa que se iba porque quería buscar su esencia; y la encontró. Por eso, aquella figura que cruzó por el barrio el viernes no era más que un fantasma, que nunca volvió.
LA ESENCIA DEL SER ES LO QUE CONSTRUYE CONSIGO MISMO, "el hombre es lo que hace con lo que hicieron de el" Sartre
ResponderEliminarA muchos les cuenta entender que lo esencial está por dentro.
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