miércoles, 26 de febrero de 2020

La ley del encanto

La duda duró un instante corto; pero la sensación de estar en suspenso se hizo larga para Emilio. Él no quiso moverse, permaneció mudo, para no romper la duración de ese momento. Para él ya era mágico estar viendo en el contraste claro oscuro de su teléfono a la doctora de sus sueños. Hubiese sido una sensación eterna, con los astros jugando a su favor, si Dulce María hubiese guardado un silencio prolongado. Ella, como si no supiera de encantamientos, puso el brazo en el sofá y le habló de leyes, de artículos y parágrafos. Fue justo en ese instante cuando Emilio sintió que el hechizo estaba legalmente roto y colgó. 

lunes, 24 de febrero de 2020

la novela inacabada

Santiago sintió que las palabras para Luciana se le habían acabado al mismo tiempo que el sentimiento que sentía por ella. Ya no la soñaba. Tampoco la añoraba. Cuando la veía, lo llenaba un sentimiento de culpa. No quería hablarle. Ella también sentía que estaba aferrada él solo por nostalgia, pero no quería decírselo. Trabajaban en la misma oficina, salían a la misma hora, y aunque ambos inventaran excusas para evitarse, por alguna coincidencia extraña, terminaban saliendo juntos. Se miraban, se cruzaban monosílabos y pasaban la noche juntos. 

El último lunes del mes, Santiago decidió dar el paso que ambos estaban esperando. Sin dramas y sin muchas explicaciones, le terminó. Luciana sonrió, bajo la mirada, le dijo que entendía perfectamente la decisión y le pidió que le dejara como recuerdo el libro grueso que tenía en su mesa de noche. Desde ese mismo día no volvió a la oficina. Renunció al trabajo. Se sentó en su cuarto a ver pasar las letras de una novela que nunca terminará de leer.

jueves, 20 de febrero de 2020

La carta del martes

Era martes cuando Julián abrió el sobre. Había salido de la reunión semanal con el jefe. Estaba malgeniado,  como cada ocho días, los martes en la mañana, después de la cita para revisar los resultados. Era el único día de la semana que iba a la oficina. Habían pasado varios martes desde que llegó la carta de Amanda, pero nunca la había leído. Según él, por lo malhumorado que salía de la oficina del director. Según ella, porque ya había perdido cualquier interés. Para él, esta vez ya no importaba el enojo, pues había decidido que  la cita con el superior había sido la última. 

Julián recogió sus cosas y cuando antes de subirse al ascensor decidió abrir el sobre, que estaba un poco roto, por el descuido y el paso del tiempo. En papel papel arrugado, Amanda le rogaba que volviera. Julián decidió calmarse y volver donde el jefe el próximo martes. 

miércoles, 19 de febrero de 2020

Círculo vicioso

Tras el escritorio de Claudia, en una oficina tapizada al estilo antiguo y con muebles pasados de moda, había un inmenso cuadro con su diploma de abogada. Frente a él, se sentó Jorge, tratando de retomar una conversación que habían interrumpido hace tres años. Él miraba el escritorio donde ella hacía círculos con su dedo índice mirando hacia la ventana.

Afuera se vivía una especie de carnaval. Un grupo afro bailaba, cantaba y saltaba ante la indiferencia, solo aparente, de la demás gente. Claudia le dio la vuelta al escritorio y salió. Ella quería estar afuera y no ahí sentada, como lo estuvo tres horas, escuchando hablar a un hombre que se le había convertido en un círculo vicioso.