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lunes, 7 de octubre de 2024

Amor sin cabida

Camila nunca había esperado una llamada con tanta ansiedad. Miguel le había prometido comprar una Sim Card y comunicarse con ella justo cuando regresara al país para "concretar todo". El vuelo, según le contó Julio, el hermano de Miguel, debía haber aterrizado a la media noche.  

 Eran las 6:00 de la tarde. La intranquilidad vivida a lo largo del día la había obligado a tomarse nueve cafés. Estaba acelerada. Al fin y al cabo, caviló en medio de la angustia, a los cuarenta y tres años de edad ya no solo es urgente resolver el amor en la piel sino también en el bolsillo y en el corazón.  

 Por segunda vez en su vida se le había avivado la esperanza de que la casualidad de conocer a alguien se transformara en una relación estable y "para toda la vida". La primera vez, con Alberto, todo terminó en una ilusión. Después de 5 años de relación, hicieron todos los planes de la boda, contrataron el salón, hicieron la lista de invitados y hasta compraron los vestidos, pero una semana antes de la fecha fijada él prefirió irse a Panamá de urgencia con la excusa de la enfermedad de su hermana. Nunca regresó. 

 Esta vez sentía que con Miguel iba a ser diferente. Se conocieron en un bar de rock en la calle 29. En los primeros dos años, vivieron con intensidad muchas noches de rumba, moteles, música y alcohol. Después, cuando él comenzó a estudiar su maestría pasaron a una vida menos convulsionada donde abundaron las conversaciones y los diálogos largos de corte filosófico en el balcón del apartamento de él. El sentimiento de culpa en Hegel, el existencialismo de Heidegger, la metafísica de la muerte y el amor mirado por la filosofía desde Platón hasta Barthes. Camila era una abogada recién graduada, pero tenía un gusto particular por la filosofía cultivado en múltiples lecturas y varios podcasts. Después del grado de él, y antes del viaje de él a España, para su último año del doctorado, hablaron del futuro y de los planes para hacer una vida juntos. 

Antes del viaje vivieron noches tiernas y llenas de amor. En los últimos dos meses, las videollamadas diarias habían adquirido un tono de discusión y pelea. Camila reconocía que el instinto que había desarrollado como abogada para interpretar los casos a la luz de las leyes no le servía para nada en asuntos del corazón. A las 10:00 p.m. no se aguantó más y le mandó un mensaje de audio a Julio, preguntándole si sabía algo de Miguel. La respuesta llegó a la media noche: "llegó, pero se ocupó en otros asuntos".  

 Esa noche tuvo un sueño extraño del que despertó con la certeza de que el amor con Miguel no tendría cabida ni en la piel ni el alma.  Por segunda vez en su vida la ruta de la existencia fue totalmente opuesta a la de sus anhelos.