martes, 21 de junio de 2011

la Jefe

Angélica siempre había estado ahí; pero había pasado inadvertida para Luis, que se ocupaba de otras miradas. La vida los puso cerca el día en que ella resultó siendo su jefe. Desde ese momento todo cambió, no propiamente por el rango de ella, sino porque él descubrió que ya no era una mujer prohibida.  Ahora Luis solo espera sus órdenes.

miércoles, 8 de junio de 2011

Desaparecida

Eran las 6. El día comenzaba a asomarse en las cordilleras del oriente. Federico sumaba su cuarta noche en vela y el cansancio cedía su natural espacio a la ansiedad. El ritual se repetía: otra taza de café, un nuevo cambio en el dial del radio, medio cigarrillo y de nuevo cinco líneas construidas durante varias horas que desaparecían de la pantalla con un solo clic. Era jueves. Lo último que escuchó de Alejandra fue el suspiro clásico de la mujer que queda completamente satisfecha después de una noche de pasión, la primera y la única que habrían de vivir. De resto: el celular apagado, su teléfono fijo desconectado, ninguna razón en la oficina y el desconcierto de Amanda, su amiga más cercana. Se habían conocido el sábado en la tarde por razones del oficio de ambos. No hubo muchas palabras, pero sí muchas miradas que lo dijeron todo. El domingo en la tarde se entregaron al placer. Desde entonces Federico no dormía, y no lo volvería a hacer hasta el día que su cuerpo quedó consumido por falta de sueño. Federico sabía todo el fondo de la historia, pero no se atrevió ni a dejarla escrita, ni a contarla. Mientras él dejó que el tiempo y la ansiedad se lo tragaran, Aleja había desaparecido huyendo del verdadero amor.   

domingo, 5 de junio de 2011

La profe

Desde pequeña, Patricia siempre quiso ser maestra de escuela. Se preparó para ello. Estudió en la Normal y luego se tituló en una licenciatura en Idiomas. Más tarde, en la madurez de su vida, hizo la maestría en educación. Quizás, su hoja de vida académica sea la explicación de por qué en 50 años nunca quiso aceptar el amor de Miguel: en la educación primaria, todas las profesoras son señoritas.  

miércoles, 1 de junio de 2011

Rumbos

Esteban era un hombre del pasado y Astrid una chica postmoderna. Él vivía en cámara lenta y ella tenía una vida agitada. Nunca se entendieron. Diez años después de conocerse, Astrid sintió que Esteban, de tanto mirarla, la estaba comenzando a secar.