Desde pequeña, Patricia siempre quiso ser maestra de escuela. Se preparó para ello. Estudió en la Normal y luego se tituló en una licenciatura en Idiomas. Más tarde, en la madurez de su vida, hizo la maestría en educación. Quizás, su hoja de vida académica sea la explicación de por qué en 50 años nunca quiso aceptar el amor de Miguel: en la educación primaria, todas las profesoras son señoritas.
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