domingo, 30 de septiembre de 2012

Rostro y cuerpo

La única vez que vio aquel rostro fue en un aviso publicitario publicado en una revista de circulación nacional. Esa imagen fue suficiente. Han pasado casi 5 años desde entonces. En el día, la revista se pasea por consultorios odontológicos. En la noche, mientras el escritor construye una novela inspirada en aquel rostro, el cuerpo que lo soporta se exhibe en cocteles insípidos que no inspiran a nadie. 

jueves, 27 de septiembre de 2012

Dolor profundo

La vieja lesión de la columna volvió a molestarlo. El dolor esta vez se hizo insoportable. Era miércoles y el día estaba nublado. Quiso salir a la tienda a comprar algo para el desayuno, pero fue imposible. En una noche de desvelo total, tanto su cuerpo como su vida habían perdido la poca estabilidad que les quedaba. Decidió esperar unas horas para levantarse... El dolor de la columna se calmó en la tarde. El del alma lo está matando lentamente. 

lunes, 17 de septiembre de 2012

Fantasma

La última vez que le vieron por el barrio fue un viernes de agosto. Lucía una barba en desorden y un cabello que empezaba a crecer. Había perdido peso y su desaliño era evidente. Estaba irreconocible, pero también, desconocido. No saludó a don Miguel en la tienda ni miró para la casa de doña Carmen, donde siempre estaba Lucía tentándolo en el balcón. Cuando se cruzó con los muchachos del parche desvió la mirada. Hacía apenas dos meses que había anunciado en su casa que se iba porque quería buscar su esencia; y la encontró. Por eso, aquella figura que cruzó por el barrio el viernes no era más que un fantasma, que nunca volvió. 

lunes, 10 de septiembre de 2012

Letra muerta

Isabel era terca, por eso nunca declinó en su iniciativa de desarrollar un proyecto emprendedor. Tuvo tienda, vendió minutos de celular, montó una papelería, comercializó productos de belleza, fracasó con una peluquería y durante algún tiempo luchó con la venta de chance y lotería. No tuvo fortuna y nunca logró un buen capital. Su terquedad la llevó a luchar con las letras y a meterse en un proyecto editorial; fue lo último que quiso hacer en la vida. Invirtió sus últimos 12 años de vida en una novela, que como proyecto hizo honor a su título: "Letra muerta".