Aunque era una mujer noctámbula y se acostaba en horario de Cenicienta, a las 3:00 ya tenía los ojos abiertos y estaba decidida a esperar. Las 4:30 de la mañana, la hora maldita. Siempre ocurría lo mismo. El dolor llegaba, la atormentaba, la hacia retorcerse hasta gritar, hasta más no poder, justo hasta que aparecía el sol por su ventana. Diariamente. Siempre fue su indeseado ritual. Ningún médico pudo saber qué tenía, ninguno la pudo diagnosticar. Un día, el dolor despareció. La cura fue la locura.
Mostrando entradas con la etiqueta dolor. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta dolor. Mostrar todas las entradas
martes, 19 de marzo de 2013
jueves, 27 de septiembre de 2012
Dolor profundo
La vieja lesión de la columna volvió a molestarlo. El dolor esta vez se hizo insoportable. Era miércoles y el día estaba nublado. Quiso salir a la tienda a comprar algo para el desayuno, pero fue imposible. En una noche de desvelo total, tanto su cuerpo como su vida habían perdido la poca estabilidad que les quedaba. Decidió esperar unas horas para levantarse... El dolor de la columna se calmó en la tarde. El del alma lo está matando lentamente.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)