A las 8 de la mañana, Daniela ya había tachado 48 tareas de la larga lista que a diario elaboraba en su agenda. Estaban hechas. Le rendía como nunca. Era lunes, siempre lo titulaba "Día de los pendientes". Se tomó un café fuerte y miró el punto 49: "escribir un cuento". Han pasado varias semanas, los tachones en la lista siguen, pero al lado de aquel viejo 49 hay una pequeña nota: "pendiente".