Su origen pueblerino quedaba oculto tras un vestuario de dama elegante que sabía lucir con cierta naturalidad. Había aprendido un lenguaje demasiado culto; algo subido cuando lo usaba en su actividad comercial. Trataba de acomodarse en un círculo social al que le ocultaba su origen humilde en una vereda olvidada hasta en los mapas municipales. En ese mundo, cometió el sencillo error de enamorarse de un hombre sin ideales. Le desnudó su alma. Desde entonces, le quitaron la membresía del ostentoso club.