-Lástima que todo lo haya cuadrado el periódico. Se anticipó a decir ella para evitar un saludo protocolario. Esta cita, señor López, responde más a mi interés personal por conocerlo que a una tarea periodística, que cualquiera de mis compañeras pudo hacer.
Sorprendido por la sinceridad y por el sentimiento de admiración de la periodista, fascinado por su belleza física y asombrado porque ella tomó la iniciativa, Felipe pensó muy bien sus palabras de respuesta. Nunca le había sido fácil pensar y sonreír para la cámara del fotógrafo al mismo tiempo.
- Sandra Milena,, Sandra Milena... un buen nombre compuesto. Sandra, de origen latino, derivado de Alessandra, la protectora. Y Milena, de origen eslavo, que significa la ilustre. Una ilustre protectora... y pausó su voz mientras los ojos se le fueron directo al escote.
Rieron y bebieron el primer vino. Hablaron casi dos horas antes de pedir la comida y hasta que el fotógrafo se fue. Después, solo hubo tiempo para ocho tragos más, para dejar la mitad de la comida y para mirarse con una simpatía con visos de pasión. Eran las 11 de la noche cuando salieron. El reportaje del domingo ya estaba escrito.
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