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domingo, 19 de abril de 2020

Merlot amargo

Los dos se habían trajeado para la ocasión. Era su primer encuentro. Se habían encontrado en un famoso y colmado restaurante del barrio Manila de Medellín. Mariana exhibía un vestido ceñido con un escote pequeño que resaltaba sus grandes curvas. Samuel llegó con un pantalón de dril, nuevo, azul oscuro y una camisa gris con cuello boton down. Pidieron una botella de un vino Merlot, recomendación de la casa. El mesero fue acomodando diferentes platos y en cada pasada servía las copas vacías, hasta terminar. Al fondo, como banda sonora del encuentro, el grupo del restaurante interpretó canciones de Morat, de Fito y de Joaquín Sabina. 

La cita era supuestamente para hablar de un grupo de investigación. Se contaron la vida, se confesaron secretos y se besaron despacio. Él estaba fascinado. La belleza de Mariana no lo deslumbraba sino que lo  estremecía. Rieron, hablaron de literatura, de música y se bebieron la botella completa. Cuando el primer taxi llegó, Samuel quiso despedirse con un acto de galantería. "A pesar de la hora", dijo, "mucho gusto, Samuel, pero puedes llamarme Samy". La frase golpeó en la mente borracha de Mariana, que respondió: "Mucho gusto, Mariana, pero puedes llamarme cuando quieras". Samuel intentó reír, pero no pudo. Algún gesto en el rostro de su casi nuevo amor le hizo perder el encanto. 

sábado, 4 de abril de 2020

Samuel era un chiste

A Luisa Fernanda le había gustado mucho el  chiste. Seguía riéndose mientras Samuel le lanzaba una mirada taladrante por no encontrarle la gracia. Tampoco se la encontraba al amor de ambos que ya sumaba ocho abriles.  Luisa solo le prestaba atención al programa de radio y a sus humoristas. A Samuel hace meses que lo ignoraba. Estaba a punto de comenzar un fin de semana largo. Samuel, con un tono indiferente en su voz, le dijo que no entendía por qué tanta risa con un chiste tan pendejo. Se fue a la cocina, se preparó un café, hizo cuatro llamadas de trabajo, miró la hora y sintió un vértigo extraño. Eran las 5:30 de la tarde. Quería dormir un rato, pero despertó en la mañana. La risa de Luisa retumbaba en toda la casa. el chiste había sido él.