viernes, 13 de mayo de 2011
Sombra y rayo
No fue su físico sino su química; es decir, que el efecto no lo causaron sus formas sino su esencia. A veces pasa. Eugenia abrió una hendija por la que entró un fuerte rayo de luz. Desde aquella noche, a causa de un corto saludo suyo en el que se filtró una pequeña confesión, Ricardo la imaginó en silencio muchas veces y la quiso alcanzar. Hoy, Ricardo reconoce que ella siempre fue una oscura sombra en la que nunca imaginó descubrir tantos sentidos, pero que desde aquella tarde en la que pudo leer su esencia entre las líneas de su corto saludo, todo cambió. Han pasado varias noches y aunque su aroma impregna a Ricardo totalmente y él hace de todo por llegar a ella, cada vez se convence más de que Eugenia ya no es una sombra, sino un rayo inalcanzable.
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