martes, 3 de mayo de 2011

Soledad

Enrique era ingeniero civil, tenía una especialización en puentes, vivía con su familia, tenía un trabajo estable, una casa grande, un carro y una soledad terrible. Su vida con Andrea y con sus tres hijos había caído en una monotonía absoluta.  Su vida se iba entre los trabajos de planeación en una firma contratista, los sobornos a los mandatarios de turno para ganarse las licitaciones y el acto sexual cotidiano con su esposa. Una noche, cuando salía de su oficina, conoció a Vanessa, una secretaria que trabajaba en una oficina del quinto piso. Desde entonces, su rutina cambió. Ya no soborna, no planea y no hace el acto sexual con Andrea sino con Vanessa. En el fondo, Enrique se siente igual de solo, porque sabe que su nueva vida  también es rutinaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario