jueves, 21 de noviembre de 2013

Tempestad de letras

Caía la tarde y una nube negra que se asomaba en las colinas del oriente presagiaba el aguacero que caería una hora después sobre el Valle. Era un presagio. Una mancha de sol humedecía los muros de la unidad residencial en la que vivía el médico con sus dos hermanas. Las 5:30 y el viento soplaba con fuerza sobre la ventana que daba a la calle. Cuando las primeras gotas golpearon con rabia las calles del sector, la nostalgia se apoderó de todos los rincones del apartamento. No había escape. Tenía fantasmas, humillaciones y tristezas acumuladas. El médico encendió su computador, puso sus dedos de cirujano sobre el teclado y dejó que las letras llovieran. 

sábado, 2 de noviembre de 2013

El encierro

El abuelo no estaba muerto; solo padecía de un profundo cansancio. Aunque la familia entera miraba su cuerpo con desdén esperando la noticia de su deceso, él luchaba amodorrado contra la fuerza de las que serían las últimas medicinas aplicadas. Para los que rodeaban la cama, su estado era de inconsciencia; pero él aún se sabía despierto.  Sabía lo que pasaba, los escuchaba a todos, le incomodaban los susurros, lo aturdía el abrir y cerrar de la puerta, los veía allí sentados frente a él esperando que el médico dijera las palabras esperadas; y por supuesto, sufría. Cuatro meses después, sentado frente al mar, escribió en la arena estas palabras: "no hay peor encierro que el silencio y la indiferencia".  

miércoles, 30 de octubre de 2013

Encierro

Lo único que llevaba en su mano era una bolsa plástica de supermercado en la que había echado los implementos básicos de aseo: un jabón, una toalla y una peinilla. En el bolsillo de atrás de su jean, raído en medio del tropel, tenía la billetera con su cédula, la libreta militar, una estampita de María Auxiliadora que le había regalado su abuela antes de morir y la foto de una mujer  guapa, malgeniada, de unos 36 años de edad, con un vestido casual y una sonrisa extraña. Por esa mujerestaba allí. 

Después del registro en la entrada pasó a un patio lleno de extraños. Allí, sentado en un rincón, casi invisible a los demás, pensó en dos cosas que no podía entender: la inusual sonrisa de infelicidad que puso ella ante el fotógrafo para ese retrato que lo acompañaba, y la agresiva reacción que él había tenido cuando supo lo de ella con el fotógrafo. 20 años después, antes de salir, entendió lo de la sonrisa. 

martes, 29 de octubre de 2013

Diagnóstico a mitad de camino

La enfermera avanzó hacia mí con la jeringa en la mano. Hacía su trabajo. No le importaban ni mis gestos de dolor ni mi reiterada advertencia del terror que le tengo a las agujas. No era la primera vez, el ritual se repetía desde hace dos meses, tres veces por semana. Una vez más sentí el paso del algodón  frío por la parte alta de mi glúteo. "¿No vas a aprender a no tensionarte?". Los músculos estaban endurecidos. Un nuevo pinchazo. Al lado, el médico internista miraba al infinito, al mejor estilo del doctor Tulp de Rembrand, no me miraba a mí. La enfermera desapareció al tiempo que yo volvía a vestirme. El doctor seguía ahí mirando a ninguna parte. Tal vez por eso no me vio salir. Tal vez por eso no ha notado que jamás volví. Algunas noches, como la de hoy, celebro haberlo dejado con su diagnóstico a mitad de camino. 

domingo, 27 de octubre de 2013

La partida

Si hubiera conseguido que me dijera algo no tendría tantas preguntas persiguiéndome. ¿Qué cuentas tenía pendientes?, ¿qué le debían?, ¿qué le faltaba por hacer?, ¿qué quería que supiéramos?, ¿qué le hacía falta escuchar?, ¿qué era lo que callaba?. Ocho meses y nunca me dijo nada. Ni a mí, ni a nadie. Ocho meses mirándola cuando me atrevía a ir, y ni una palabra. Solo hubo contemplación, nunca hubo señales. Siempre me dio la impresión de que estaba disgustada o furiosa, y que a eso obedecía su silencio. La habitación permanecía en silencio. La gente entraba y salía con una una sola expresión. El día que se fue, simplemente se quedó dormida. Yo me quedé huyendo de las preguntas, para evitar buscar las respuestas. 

miércoles, 9 de octubre de 2013

De carambola

Y allí estaba él. En la cuarta fila, la de los amigos más cercanos del novio. Era la sexta boda a la asistía en menos de un año. Todas las veces la sensación  era la misma, la de tener su cuerpo en un recinto religioso y su mente en un lugar lejano. Delante de él veía a aquellos parientes de los que Andrés nunca le había hablado, porque no los conocía. Al lado, estaban los muchachos de la oficina.  Atrás, los mismos curiosos de cualquier otra iglesia. En medio de la liturgia decidió salir a tomar aire en el atrio. Respiró profundo y decidió irse al billar. bastaron 29 carambolas para convencerse de que Andrés era él. 

domingo, 6 de octubre de 2013

Reclamos...

Luisa siempre creyó que la vida la había engañado. A sus 16 años sentía que merecía ser una mujer inteligente y querida por sus padres. Su salud empeoraba al mismo paso que la condición económica de la tía abuela que se hizo cargo de ella, luego de haber sido rechazada por cuatro familiares más. Pensaba que su madre no tenía que haber muerto cuando ella apenas era una niña y que su padre no tenía razones para haberla abandonado. Le reclamaba a todos su derecho a ser una mujer feliz. Con el paso de los días, frente al televisor, viendo los realities, entendió lentamente que hay que hay vidas peores, y que la cercanía de la muerte elimina los rencores y el dolor.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Infidelidad literaria

Sofía vivía metida entre libros. La biblioteca era su lugar en el mundo. Ya había disfrutado hasta el éxtasis ocho centenares de textos, entre novelas, filosofía, libros de viajes, algo de esoterismo, poesía y sobre todo, cuentos cortos. Para ella, leer no era un acto de humildad sino de amor absoluto. Así vivía. Por eso, el día que decidió salir de su encierro para mirar el callejón, recorrer el barrio y pasear por el mundo exterior, entendió que esas aventuras exploratorias y fugaces  fortalecen los amores puros y sinceros. En la noche regresó a sus libros, se aferró a ellos y les pidió perdón. 

domingo, 29 de septiembre de 2013

Psico - Rígido

Nunca entendió por qué sus amigos de juventud le decían que era un hombre cuadriculado. Según él, era una fama mal ganada por quienes estudiaban ciencias duras. Desde niño le disgustaba el desorden, lo enumeraba todo, no aceptaba consejos, se hacía chequeos médicos cada seis meses, se aferraba a su forma de pensar y seguía una dieta rigurosa. Programó toda su vida y cumplió con su plan. Desde joven tenía claro a qué edad graduarse, en qué se especializaría, qué estudiar, a los cuántos años debía casarse, cuántos hijos tener y a qué edad jubilarse. Todo le salió de acuerdo con el plan. Hoy, en su cumpleaños, al llegar a los 70 septiembres, no quiere celebrar. Siente que algo le quedó fuera de control, y no sabe qué es. 

jueves, 26 de septiembre de 2013

El pasado no perdona

Pocas veces en la vida se había pasado de tragos. Tal vez por eso, aquella noche fue especial. Subió a su auto, no para conducir sino para pensar. Por primera vez en muchos años sentía que la confusión de estar ebrio le daba claridad. Miró en su retrovisor y vio nítido cómo se acercaba el pasado. Venía rápido y brioso. En otras ocasiones, cuando intentó mirarlo, lo había visto oscuro y borroso. La borrachera solo le dio para entender que toda la vida lo había evitado. El pasado llegó hasta él, lo envolvió y lo abrazó para siempre. Nunca más salió del auto.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

El doctor martes

Sus palabras sonaban frías, como el clima de la ciudad que habita; sus promesas siempre fueron falsas, siguiendo una fea costumbre de las personas que viven en aquella metrópoli; su rostro se convirtió en un enigma, producto de un vicio adquirido en el oficio, el de no dar la cara. 

Con el paso del tiempo se convirtió en una referencia abstracta; se le conocía simplemente como "el doctor martes". Por sus manos pasaba el dinero de una empresa con renombre, pero sin corazón, como todas, y con un total desorden, como pocas. 

Durante meses, los empleados rasos esperaron con ilusión todos los martes la aparición de aquel personaje extraño. Nunca lo hizo. Su corazón y su desorden eran de la misma marca de su empresa. 

domingo, 18 de agosto de 2013

El Fanático

Cada que su equipo perdía, su vida se volvía un drama. Maldecía, se malgeniaba, peleaba con otros hinchas, bebía como loco y luego se drogaba. Al otro día, aunque él no se acordaba de nada, sus amigos le recordaban el resultado. Para evitar las burlas, se encerraba en sí mismo, se aislaba del mundo, desconectaba las noticias y se dejaba atrapar por 4 o 5 películas de acción sucesivas en las que no se mostrara un solo balón de fútbol. Esa fórmula le dio resultado siempre, hasta el día en que quedó atrapado en medio de uno de uno de esos tiroteos extraños, en una de sus películas, en las que solo sale vivo el protagonista.    

miércoles, 3 de julio de 2013

Memoria...

María del Mar era una mujer con una memoria prodigiosa pero extraña. Podía recordar hasta el detalle más insignificante de todos los hechos que habían ocurrido en su vida, pero su retentiva solo alcanzaba para todo lo malo. Los buenos momentos le producían amnesia. Cada que se encontraba con alguien desempolvaba de inmediato los desaires y desatenciones que su interlocutor le había hecho. Tal vez fue por la exactitud de sus rememoraciones que todos sus amigos decidieron olvidarla.

martes, 2 de julio de 2013

El rincón de sí mismo

Aquella tarde, después de entender que le había hecho daño a la mujer que amaba, ya no supo qué hacer. Caminó, escribió, pensó, habló y balbuceó hasta darse cuenta que estaba completamente solo. Se encerró en un rincón de sí mismo. Allí descubrió que el llanto por perderla y la felicidad por haberla tenido habitan en el mismo espacio.

martes, 9 de abril de 2013

Hora de escribir

A las 8 de la mañana, Daniela ya había tachado 48 tareas de la larga lista que a diario elaboraba en su agenda. Estaban hechas. Le rendía como nunca. Era lunes, siempre lo titulaba "Día de los pendientes". Se tomó un café fuerte y miró el punto 49: "escribir un cuento". Han pasado varias semanas, los tachones en la lista siguen, pero al lado de aquel viejo 49 hay una pequeña nota: "pendiente". 

jueves, 28 de marzo de 2013

Poder extraño

María Elena tenía la capacidad única de meterse en el cuerpo y la mente de sus amigas, mientras veían una película o compartían un café. Nadie lo notaba, pero ella vivía en carne propia, diariamente, las angustias de las demás. Sabía de los problemas económicos de Angélica, de la drogadicción de Érica, del alcoholismo de Patricia, del maltrato físico que recibía Andrea de su esposo y del que le propinaba Daniela al suyo. En silencio, sufría por las demás. Un día decidió confesarles el poder que tenía. Desde entonces,  se terminaron las tardes de café y las noches de película; ya todas sus amigas sufren en silencio por ella. 

domingo, 24 de marzo de 2013

El viejo compañero

Hacía 30 años que no hablaban. La última vez fue en la oficina de abogados en la que ambos eran mensajeros; justo el día que Julián renunció para poder matricular algunos cursos que le faltaban para titularse en la Universidad. 

Hablaron casi dos horas, se tomaron una cerveza y los datos del celular. Nunca se llamaron. Aquella tarde del encuentro, Martín, el mensajero, sintió envidia de Julián, que se había hecho todo un profesional. Al mismo tiempo, Julián pensó que ser antropólogo no le sirvió de nada y que si hubiese seguido en la oficina, ya estaría a punto de jubilarse como su excompañero. Faltaron más cevezas para decirse la verdad. 
 


martes, 19 de marzo de 2013

La locura cura

Aunque era una mujer noctámbula y se acostaba en horario de Cenicienta, a las 3:00 ya tenía los ojos abiertos y estaba decidida a esperar. Las 4:30 de la mañana, la hora maldita. Siempre ocurría lo mismo. El dolor llegaba, la atormentaba, la hacia retorcerse hasta gritar, hasta más no poder, justo hasta que aparecía el sol por su ventana. Diariamente. Siempre fue su indeseado ritual. Ningún médico pudo saber qué tenía, ninguno la pudo diagnosticar. Un día, el dolor despareció. La cura fue la locura. 

sábado, 9 de marzo de 2013

El el centro comercial


Siempre que iba, perdía una tarde entera mirando vitrinas, hablando con señores de la tercera edad que se quejaban de la vida, preguntando precios y tallas de prendas de vestir que nunca compró y sentándose en los muebles de cuero que había en algunos de sus pasillos. Era un ritual al que nunca faltaba. 

Los sábados y los domingos de todas las semanas, todos los meses y todos los años los pasaba allí. En semana, trabajaba todo el día en una oficina del estado y en las noches veía la televisión en la soledad de su casa.

Así vivió hasta jubilarse y darse cuenta de que ya solo iba a su centro comercial a quejarse de la vida. Desde entonces, hay un ejecutivo que lo extraña los fines de semana en los muebles de cuero del pasillo.

viernes, 1 de marzo de 2013

Aroma de café

El primer café se lo tomaba a las 5 de la mañana y siempre tenía efecto literario: le traía a la memoria al Coronel de Gabo esperando eternamente el anuncio de su pensión.

En muchas cosas, su vida se parecía a la de la novela que tantas veces leyó: el café, la pobreza, la monotonía y la espera de una noticia que nunca llegó. Eso sí, había una diferencia fundamental: a él lo habían mandado a comer mierda antes de empezar a tomar café.

domingo, 17 de febrero de 2013

Sin guadaña

Ricardo se levantaba la vida manejando la guadañadora. Era suya. Su vida se le iba en cortar los prados de los jardines en las casas de los ricos de la ciudad. No tenía patrón, tampoco salario fijo y mucho menos seguridad social. Un día decidió no usar más su viejo instrumento y lo guardó. Dejó crecer todos los prados de sus clientes, hasta que un día, se perdió en uno de ellos.

martes, 5 de febrero de 2013

Cerró la cuenta

Arturo siempre revisaba el Facebook. Lo hacía religiosamente todos los días en la mañana antes de salir a trabajar. Su empleo en el banco era rutinario y sin mayores emociones. Todos los días contaba cantidades de dinero que no era suyo. Lo uno se le parecía a lo otro. En el Face, leía todo tipo de historias y vivencias que no eran las suyas. Hoy Felipe se levantó temprano, cerró su cuenta, imprimió su carta de renuncia y decidió irse al mar. 

sábado, 2 de febrero de 2013

Conflicto emocional

Durante 8 años, Ricardo fue un futbolista famoso. Jugaba para un equipo grande, marcaba muchos goles y tenía un buen salario. A medida que ganó dinero, perdió ambición. Un día, los goles desaparecieron y su trabajo también. En una entrevista para un periódico de provincia dijo que había tenido un conflicto emocional, que lo había perjudicado para el fútbol. Al otro día, el diario tituló: "De enamorado de la red a divorciado del gol".

domingo, 27 de enero de 2013

Problema cardiaco

Sebastián fue un hombre que le puso el corazón a todo lo que hizo. Quizás por eso, el infarto no sorprendió a nadie.

martes, 1 de enero de 2013

Año nuevo

Aquella noche, la última del año, todos hacían planes y promesas que difícilmente cumplirían. Mientras tanto, Francisco, moldeado por la experiencia  y por los años, se tomaba un vino tinto y brindaba por su proyecto de vida; una apuesta de muchos años por la que lucharía hasta el final de sus días.

sábado, 27 de octubre de 2012

Sueño en seco

El insomnio era su estado permanente, pero ese jueves fue la excepción: había dormido plácidamente. Tal vez por eso, en la mañana de aquel viernes septembrino se despertó abruptamente y muy intranquilo. La mujer que noche a noche lo desvelaba, se le había aparecido en sueños. 

domingo, 14 de octubre de 2012

Fenómeno de la niña

La lluvia de la tarde se confundía con su llanto. Eran las seis, el aguacero comenzó a la una y ella lloraba desde las tres. Pensó que su nombre no era casual. Después de una larga temporada calurosa, el corazón de Magdalena estaba azotado por un frío invernal. Ya no amaba, sino que sufría. Ya no ardía de pasión sino que sentía que su cuerpo congelaba sus deseos. Esa tarde, mirando la lluvia pertinaz, lamentó vivir en el trópico, donde no había estaciones; sino fenómenos infantiles. 

domingo, 30 de septiembre de 2012

Rostro y cuerpo

La única vez que vio aquel rostro fue en un aviso publicitario publicado en una revista de circulación nacional. Esa imagen fue suficiente. Han pasado casi 5 años desde entonces. En el día, la revista se pasea por consultorios odontológicos. En la noche, mientras el escritor construye una novela inspirada en aquel rostro, el cuerpo que lo soporta se exhibe en cocteles insípidos que no inspiran a nadie. 

jueves, 27 de septiembre de 2012

Dolor profundo

La vieja lesión de la columna volvió a molestarlo. El dolor esta vez se hizo insoportable. Era miércoles y el día estaba nublado. Quiso salir a la tienda a comprar algo para el desayuno, pero fue imposible. En una noche de desvelo total, tanto su cuerpo como su vida habían perdido la poca estabilidad que les quedaba. Decidió esperar unas horas para levantarse... El dolor de la columna se calmó en la tarde. El del alma lo está matando lentamente. 

lunes, 17 de septiembre de 2012

Fantasma

La última vez que le vieron por el barrio fue un viernes de agosto. Lucía una barba en desorden y un cabello que empezaba a crecer. Había perdido peso y su desaliño era evidente. Estaba irreconocible, pero también, desconocido. No saludó a don Miguel en la tienda ni miró para la casa de doña Carmen, donde siempre estaba Lucía tentándolo en el balcón. Cuando se cruzó con los muchachos del parche desvió la mirada. Hacía apenas dos meses que había anunciado en su casa que se iba porque quería buscar su esencia; y la encontró. Por eso, aquella figura que cruzó por el barrio el viernes no era más que un fantasma, que nunca volvió. 

lunes, 10 de septiembre de 2012

Letra muerta

Isabel era terca, por eso nunca declinó en su iniciativa de desarrollar un proyecto emprendedor. Tuvo tienda, vendió minutos de celular, montó una papelería, comercializó productos de belleza, fracasó con una peluquería y durante algún tiempo luchó con la venta de chance y lotería. No tuvo fortuna y nunca logró un buen capital. Su terquedad la llevó a luchar con las letras y a meterse en un proyecto editorial; fue lo último que quiso hacer en la vida. Invirtió sus últimos 12 años de vida en una novela, que como proyecto hizo honor a su título: "Letra muerta".  

martes, 17 de julio de 2012

Sin rumbo alguno

Federico salía a trotar todas las mañanas. No tenía ruta definida. Recorría cualquier calle, carrera o autopista hasta sentir el cansancio. Cuando estaba exhausto, simplemente detenía su paso, tomaba un taxi y regresaba a su casa para bañarse y salir rumbo a su trabajo. Así lo hizo durante los 26 años que estuvo vinculado a su empresa como auxiliar de contabilidad. El viernes fue su último día en la oficina, pues la carta de jubilación le llegó hace un mes. Ayer lunes intentó salir a trotar; pero esta vez no supo qué camino coger.

domingo, 15 de julio de 2012

Desenlace

La vida le había enseñado a esperar con paciencia: para terminar sus estudios tuvo que postergar varios semestre mientras solucionaba asuntos económicos; para conseguir un trabajo digno tuvo que pasar primero por bares y cantinas en oficios de mesera; y para conseguir el amor de su vida tuvo que aguantar primero numerosas decepciones y engaños. La paciencia que no tuvo de joven, la adquirió como virtud gracias al paso de los años y de las contingencias de su vida. Por eso, aquella tarde que salió de la cita con el oncólogo decidió esperar con calma el desenlace anunciado. Han pasado 16 años, y ella sigue apoltronada con resignación.  

lunes, 25 de junio de 2012

Los reencuentros

Los reencuentros nunca son casuales. Con esa tesis creció Bibiana desde niña. Cada que la vida le ponía en el camino lo que todos llamaban casualidades, ella las entendía como algo lógico que a alguna agenda debían obedecer. Esos sucesos eventuales tenían lógica para ella.  Por eso, la vida no la sorprendió el día que le puso nuevamente en el camino a Simón, el hombre que en dos ocasiones le había roto el corazón. Este tercer encuentro fue definitivo. Ella quedó tranquila después de decirle todo lo que se había guardado por años y quedó con la certeza de que en el futuro Simón volvería a aparecer.

lunes, 11 de junio de 2012

Punto de equilibrio

Entre problemas y discusiones, Angélica y Juan Carlos se pasaron la vida tratando de encontrar un punto de equilibrio para su relación. 22 años después de su matrimonio, justo cuando se decidían a no buscarlo más, lo hallaron. Estaban felices. Ignoraban que tres semanas después el detonante para que su relación terminara sería precisamente ese: que aquel edificio tan grande tenía el equilibrio tan solo en un punto; y se derrumbó.

sábado, 2 de junio de 2012

Madurez

Durante 20 años, Wilmar esperó de la vida una segunda oportunidad. Aunque siempre pensó que en la primera no había contado con suerte, con el paso de los años entendió que le había faltado madurez para aprovecharla. Siempre le decía a sus amigos en tono lacónico que la vida es una película que nunca tiene replay, pero aguardaba un momento de lucidez para repetir sus experiencias de juventud. Cuando menos lo esperaba, cuatro lustros después y por pura casualidad, la vida lo puso a repetir. Sin embargo, Wilmar consideró que ya era demasiado maduro para hacerlo y dejó pasar aquella nueva opción. 

sábado, 19 de mayo de 2012

Xelenia

Nunca conocí personalmente a Xelenia, pero siempre dije que tenía cara de ser una mujer perversa. Fría y calculadora en asuntos profesionales, decían. Sin corazón y sin alma, comentaban sus allegados. Esta semana, leyendo la prensa, descubrí que su maldad como su vida no le pertenecen; una malvada titiritera la maneja con 18 delgados hilos.

sábado, 5 de mayo de 2012

Chaparrón de vida

A Laura la lluvia siempre la ponía melancólica y trascendental. Desde su ventana, veía caer las gotas con la misma velocidad a la que pasaban sus días. Cada aguacero era para ella un ejercicio de matemática inversa: contaba y contaba goteras interminables de lluvia, para contrastar sus cifras con las cuentas de los días que le quedaban por vivir. Laura sabía que en el chaparrón de  su vida empezaba a escampar.

martes, 3 de abril de 2012

A pie

Caminar en las mañanas fue su vicio durante años. Ni la lluvia, ni el frío, ni los habituales malestares que padecía, ni las olas de inseguridad que llegaban a su barrio con cierta frecuencia impidieron que lo hiciera. Las 5 de la mañana en el reloj era la señal para iniciar su ritual; caminar era su procesión sagrada. Lo hacía desde que tenía uso de razón y quería hacerlo hasta el fin de sus días; pero no contaba con que un día de abril las calles de su barrio se acabarían por el uso constante que él les daba. Desde entonces, ya no tuvo por donde caminar.  

viernes, 16 de marzo de 2012

Lucero

Su menuda figura hacía rima con su apellido. Tenía un acento costeño, adoptado en sus 5 años como promotora comercial en Barranquilla, con el que llenaba todos los rincones de la cafetería que frecuentaba. Sus curvas eran tan peligrosas como las de la estrecha calle que conduce al barrio alto en el que ha vivido desde niña. Era una mujer mal empacada, pues tenía una personalidad y un corazón que no cabían en su pequeño cuerpo. Tal vez fue esa la causa para que un día, luego de una dura discusión con Giovanny, se reventara por dentro. Desde entonces, no se sabe nada de ella, pero su espíritu impregna el aire, y cada que alguien respira siente la sensación de que la está oliendo.

lunes, 12 de marzo de 2012

Amor de bits

Juan David tenía los dedos ampollados de tanto usar la comunicación vía pin; era un joven corto de palabras, enseñado a decirlo todo con menos de 140 caracteres; su mejor gesto era un emoticón que sonreía, y la única actividad social que tenía se limitaba a sus etiquetadas en el face. No cabe duda, era un hombre postmoderno. Una noche, desde la ventana de su cuarto, vio pasar por la calle a la mujer que por primera vez le despertó sentimientos reales. Quiso amarla, pero nunca encontró la clave para acceder a ella.

martes, 6 de marzo de 2012

Decisión ejecutiva

Juan Andrés era un ejecutivo exitoso. Joven, soltero, con un buen capital y un reconocimiento público amplio. Realmente era muy bueno en los negocios. Trabajaba en una de las compañías de telecomunicaciones más importantes del continente. Allí, diariamente tomaba whisky y decisiones importantes. Su único pecado fue dejar que las tareas cotidianas se le convirtieran en problemas complejos. Una noche, en una reunión de una de tantas juntas, cuando quiso confesárselo a su jefe, entendió que su pecado era mortal. Aquella noche, desapareció. 

domingo, 19 de febrero de 2012

Ofelia

Su origen pueblerino quedaba oculto tras un vestuario de dama elegante que sabía lucir con cierta naturalidad. Había aprendido un lenguaje demasiado culto; algo subido cuando lo usaba en su actividad comercial. Trataba de acomodarse en un círculo social al que le ocultaba su origen humilde en una vereda olvidada hasta en los mapas municipales. En ese  mundo, cometió el sencillo error de enamorarse de un hombre sin ideales. Le desnudó su alma. Desde entonces,  le quitaron la membresía del ostentoso club.  

martes, 14 de febrero de 2012

Político barato

Checho era un político barato con un estilo de vida costoso. Al tiempo que compraba votos, pedía puestos y pagaba favores sin que nadie supiera, vivía en una mansión, era socio de un prestigioso club, cenaba caviar e iba a la ópera.  A sus 40 años. el amor lo tomó por sorpresa, porque los sentimientos no hacían parte de su calculadora vida. Su pareja, un hombre joven y pobre, le enseñó el valor de las cosas simples, sencillas y cotidianas.  

Desde que comenzó su relación dejó el caviar, el club y la ópera. Tampoco compra votos, paga favores ni pide puestos. Ya no tiene tiempo ni para hacer esas cosas, el amor se lo copa todo.

jueves, 9 de febrero de 2012

Luces y sombras

La hora preferida de Gerardo era la noche, porque en ella se planteaba todas las preguntas. En el día, los interrogantes desaparecían y para él eran horas de tedio. Gerardo era un hombre como todos, lleno de dudas e incertidumbres, pero a diferencia de los demás, la luz solar le llenaba la cabeza de oscuridades.  Una noche, a  comienzos del año, se le fueron totalmente las luces.

jueves, 26 de enero de 2012

Pregunta

Los interrogantes fueron demasiados. Fueron tres noches seguidas en vela tratando de resolver muchas preguntas. Tras no encontrar las respuestas, al amanecer del jueves, Pipe entendió que su vida, como la de todos, no era más que un acertijo idescifrable. Conciliar el suño fue la primera respuesta.  

miércoles, 4 de enero de 2012

Enfermedad terminal

La enfermedad de César era terminal. No quería que nadie se enterara, pero en estos tiempos postmodernos las redes lo divulga todo. Aunque todos los sabían, César creía que se estaba muriendo en secreto. El día de falleció el médico que realizó la autopsia dijo con asombro: "No murió de cáncer, lo mataron la distancia y la soledad".

martes, 3 de enero de 2012

Indigente profesional

Humberto era un profesional mediocre, pero tenía la suerte y las relaciones suficientes para saltar de cargo en cargo en las grandes empresas de la ciudad. Era sucio en su accionar y grosero en la manera de tratar a sus subalternos. Era agresivo, marrullero, nada solidario y no tenía corazón. Gritaba, se exasperaba y maldecía. Desde un día empezó a mostrar su  peor síntoma: la fea costumbre de almorzar solo. Desde entonces, sin saberlo, comenzó a convertirse en un indigente profesional.

lunes, 2 de enero de 2012

La cosa política

La doctora Restrepo tenía un particular estilo político para hacer todas las cosas: hablaba, prometía, negociaba, cuadraba comisiones y finalmente sacaba provecho para sí. Julián, hombre con mente de campo pero con cuerpo de ciudad, la conocía muy bien. Por eso, al llegar a aquella cita, se hizo en un rincón de la oficina y guardó un silencio absoluto que pareció eterno. Al cabo de tres horas, la doctora creyó que estaba hablando sola, y terminó la reunión, según ella, porque no quería enredarse a sí misma.

domingo, 1 de enero de 2012

Amnesia

Beatriz tenía la extraña capacidad de hacer sentir mal a todo el que hablara con ella. Gilberto, su novio, era un hombre apasible, sencillo, callado y simple. Cierta noche, mientras ella le criticaba su facilidad para olvidar las fechas especiales y lo tildaba de amnésico, él decidió olvidarla para siempre.